Uno se pregunta como será la vida de ahora en adelante, a caso será mucho carrete, fiestas y diversión?, o solamente tedioso y aburrido estudio constante. Estas preguntas son típicas al entrar a la universidad, te enfrentas a un mundo diferente donde tus decisiones serán las que tomen mas y mas protagonismo en relación al futuro que te espera. Mientras estuve en la universidad conocí mas filosofías y corrientes de pensamientos que en la educación media, algunas con argumentos que se merecían atención especial, otras donde la relatividad tomaba el mando de las decisiones, y otras donde la exaltación u odio desmesurado a personajes históricos de nuestro país distorsionaba la raíz del pensamiento. Las fiestas y el desenfreno estaban a la orden del día, pero también estaba el equilibrio y los momentos amenos, que dejaban impronta en las mente de aquellos que aprendían a disfrutar de la simplicidad.
En fin, la universidad es un lugar para aprender, sociabilizar, para aprender de la tolerancia con el otro, para aprender a discutir de asuntos sin odios ni rencillas, para poner en practica todos aquellos principios que llevamos aprendiendo de tan alto y sabio personaje como Jesús.
La universidad es un lugar donde creo Jesús hubiese querido estar, aprendiendo de carpintería moderna (es decir de ciencias y artes de nuestro tiempo), compartiendo, yendo a eventos, dando conferencias y compartiendo su punto de vista con otros, etc. El aislamiento no es la opción, ni tampoco lo es la imposición de nuestro credo, solo cosas simples como la tolerancia, el amor y la alegría con aquellos que nos rodean. ¿No es eso lo que se nos enseña?