jueves, 23 de octubre de 2008

199 razones para ser feliz

En realidad no creo en la felicidad, pienso que la felicidad es momentánea, creo que la felicidad es igual a la pena, la tienes por un cierto momento o tiempo y luego se va. Pienso en eso porque creía que podía ser feliz el resto de mi vida, pero el tiempo me demostró que no fue así, que la vida te puede dar momentos alegres y a la vez tristes, pero siempre pasajero, nada estable y como todos sabemos, no todo es para siempre. Si tuviese mis 199 razones para ser feliz no estaría aquí, sería completamente feliz junto a esas 199 razones y tal vez si estas mismas líneas las hubiese escrito hace 1 año atrás, estaría diciendo que tengo 200 razones (un comentario un poco irónico, pero a su vez sincero)...

Creo en la ilusión (aunque no espero nada de nadie), pero sigo creyendo que la felicidad es momentánea, que hace un par de horas estuve con la persona que mas me encanta y ahora estoy escribiendo un par de líneas frente al computador, hablando de alguien quien tal vez tomo este día como uno más, pensando a la vez en las cosas que tengo que hacer mañana y saber presentarme a cada ramo con mi mejor sonrisa. Pero lo que me llena de alegría es que en algún momento, en algún determinado lugar y circunstancia, aquella persona me llame por A, B, C motivo en donde siempre llegare o que a su vez, terceros me hagan llegar a ella, y nuevamente tendré un momento de felicidad, tendré una oportunidad de poder “ganar terreno” en cierto sentido para mi única razón de ser feliz (pensamiento que creo en este momento aunque fuese contradictorio). Y cuando estoy con esa persona me siento muy bien, muy grato y trato de alguna manera poder congelar ese momento en el que siempre son actos fallidos. Todo esto lo tomo como una puesta de sol, cuando te sientas a verla no vez su comienzo, cuando avanza tratas de detener el clímax de ella, pero no puedes y finalmente terminas viendo como cada rayo se pierde en la atmosfera quedándote con el recuerdo y la magia que había, a la vez no te da pena, porque sabes que mañana habrá otra puesta de sol y el día puede estar mucho más despejado en donde podrás apreciar mucho mejor, creyendo que algún día, cualquier día encontraras la forma de poder congelar ese momento.

Hoy fue de esos días en los que uno nunca olvida, cada cosa que paso, cada palabra que se dijo, cada movimiento que se realizo, y cada beso que se dio (no un beso de novio o beso apasionado, sino esos besos tierno a los que uno se tiene que limitar, besos que se dan en la mejilla, cabecita y uno por ahí en el cuellito, pero igual son lindo y significativos). Un día muy largo para contarlo y muy especial para compartirlo. Pienso que cuando uno cuenta esos días lindo a cualquier persona, pierden su esencia (a excepción de que se lo cuentes a tu mejor amigo/a) y dejan de ser especial por ya son a voz de cualquiera que compartes esa felicidad, tú felicidad.



1 comentario:

Nicolás Banda dijo...

Estos son de esos escritos que te dicen.. WooW es cieto que de esta magia esta compuesta la vida...

te felicito se ve un crecimiento notable en tu personalidad, me senti un poco alagado con la ultima parte jajaja
ya wn tu lo sabi todo, algo me dice que en un futuro muy cercano vamos a trabajar juntos ;)

Triunfo... allá vamos!!