NomecreaslejosSiénteme
Estoymuycercasólosiénteme
Tan solo me encantaría tener una hoja de block inmensa y unos crayones de los que no se acabaran por nada en el mundo, para poder escribir tu nombre bien grande, ya que es lo único que hay en mi mente en todo momento y que a la vez no sale de mi cabeza.
Es un tanto complicado cuando logro por un momento sacarte, pero de una u otra forma apareces a tal punto que llego a odia tu nombre, porque simplemente no me deja estar tranquilo, ya que estas en todos lados (asumiendo que no tienes la culpa). Muy gracioso pero cierto ver una caja de chocolate tal como vicio o el de rama, ya que ambos son de “costa”, o señaléticas que indiquen donde está la “costa” y avenida “costanera”. Ocurrencias así eran las que me volvía a hacer pensar en la persona que más me interesa en estos momentos.
Pero definitivamente creo que esa persona, llamada Constanza Gaete, de una forma especial logra impactar en mí a tal punto en que todo se vuelve vulnerable ante la capacidad de poder reaccionar a lo que pueda estar sucediendo en ese instante. Cuando se regala una sonrisa, un beso en la mejilla, una caricia o… cuando te da un descontrol hormonal.
Pero sabes que es lo que más me descoloca tras todo lo que está sucediendo en mí, que yo no puedo saber que fucking pensamiento pasa por tu cabeza cuando me acerco a ti, cuando te mando un mensaje, cuando te doy una caricia o cuando me diste ese beso. No sé que fucking ideas pasan por tu mente cuando yo no estoy o que si acaso podría el cielo ponerse verde, el pasto azul y la tierra oler a mojado.
Me encantaría estar por tu cabecita tan solo tres segundo, para buscar entre cada idea y pensamiento que cruza por tu mente, poder ayarme y saber que realmente piensas referente a todo lo que digo.
Y despidiendo todo esto, quiero acercarme hacia ti, tan cerca que no exista la distancia, que no puedas respirar.
Un día de almuerzo veraniego en un restorán de la costa, mi papá se pone a contar una historia que yo ya conocía, pero de una u otra forma me hizo recordarla. Llegando a Santiago la busque hasta encontrarla:
Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano se acercaban para condolerse con él y lamentar su desgracia, el anciano les repitió: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Una semana después, el caballo volvió con una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Cuando el hijo del labrador intento domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo considero esto como una desgracia. No así el labrador se limito a decir: ¿Mala suerte? ¿Buena Suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo. Había sido ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
…realmente no sé porque mi papa nos quiso contar esa historia en un momento que tal vez no era oportuno (pero tampoco quiero decir que no lo fuese), el tema va en que después sentado en la arena por unos 10 minutos frente al mar, muchas cosas se me vinieron a la mente. Antes había dicho que no quería ir a La serena con mi familia por que unos amigos me habían invitado a la playa, una salida que viene programada de mucho antes. Muy enojado con ellos termino haciendo un trato de que iba con ellos pero a mitad de semana me devolvía a Santiago para luego ir al litoral.
Que no me haya podido ir con mis amigos el mismo día domingo y que además a última hora cambiando planes y terminando en Los Vilos, un lugar que podía haber menos gente y menos entretención sería una mala suerte? Buena suerte? Quién sabe? Y de la misma forma que me cuestionaba esas palabra viendo como el mar se desplazaba libremente por toda la orilla entendí muchas cosas que justo el día domingo en la noche escribí con tanta rabia, referente al último texto que había subido (No sé si veas todo esto, en realidad, me da lo mismo, mañana me voy de viaje y no sé realmente si vuelva a saber de ti en un tiempo, pero… pero no sabes cómo muero por un mensaje).
Y precisamente camino a Los Vilos me llega un mensaje, pero no cualquier mensaje, si no diciendo que tú estarías en los próximos días en el mismo lugar que yo me situare. Al cabo de verte y saber dónde te estás quedando me doy cuentas que estas a tan solo tres cuadras de la cabaña mía, un tanto divertido, chistoso e irónico por todo lo que pensaba el día anterior.
Quien creería que de todas las playas, de todos los destinos que puedan existir a lo largo de Chile, todas las localidades por haber y conocer, termines a tan solo 300 metros de mi, que buena suerte? Que mala suerte? Quién sabe?... En realidad si lo sé, porque fueron los mejores días de mi verano, sin duda.
Después los días se fueron desenvolviendo de la misma manera, cosas que pasaban para mal y en el momento putiando mi interior, pero después me daba cuenta que no era así y llegaba la conclusión diciendo que realmente uno nunca sabe si las cosas son de “buena suerte o mala suerte… quien sabe”. Terminando todo esto, dejo lo que habían agregado al texto que encontré en internet, no está demás incluirlo y para darse cuenta que cuando uno se despierta pidiéndole algo a Dios, el realmente cumple.
Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser dañino. Así pues sería una postura sabia que dejemos a DIOS decir lo que es buena suerte y mala, y le agradezcamos que las cosas se convierten en bien para los que le aman...
Sentado en el suelo del patio delantero de mi casa, fumando un cigarro azul que no alcanzo a ver la marca de la cajetilla y que simplemente me esfuerzo en buscarle un motivo al cual poder distraerme, los pensamientos vuelven a mi cabeza como relámpagos que pasan por los cielos dejando un gran estruendo en todo mi ser, formando escalofríos que la personas más indiferente los podrías llegar a sentir “Creer que tenga o no un problema mental, psicopatología o como le haya llamado simplemente me da lo mismo” era lo que más me abundaba cuando mi mente quedaba en blanco. Llegando a un punto a imaginar que me desprendía de mi cuerpo sin necesidad de fumar otra ver y hasta sin la necesidad de poder concentrarme en crear una fuente de imaginación en donde creía que volaba.
Que tú puedas venir y desaparecer de la tierra por un momento, he ir al lugar que tú deseas, al lugar que se plazca, es la sensación más rica que podría existir. Poder navegar por lugares a una velocidad en donde nadie se imagina y que en un parpadeo puedas encontrarte en parís y al parpadeo siguiente en nueva york, esa una sensación que nadie te la va a remplazar.
Pero lo que siempre me pregunto, porque siempre voy al mismo lugar, porque me veo recorriendo las calles que siempre he vagado en busca de algo que simplemente ya no está. Pero por primera vez tengo el mando a poca distancia para poder controlar todo lo que esté viviendo en ese momento. Cerré los ojos, me concentre en un punto fijo, una imagen, un sentido y al abrirlos simplemente me encontraba frente a la muralla de mi casa junto a mi perro a la izquierda acostado haciéndome compañía y en mi mano derecha ese puto cigarro que me mataba de apoco.
Me concentre nuevamente, pero muchas cosas pasaban por mi mente, no podía volver a crear las sensación que hace un instante había logrado, así que simplemente me eche mas sobre el suelo y cerré nuevamente los ojos, por un instante pensado en todo lo que se hablo hoy.
Aquellas palabras volvieron a retumbar mi mente y lograron tener replicas en mi corazón, de una manera que no lo esperaba, botando un par de lagrimas que fuero secadas en el mismo instante que iban cayendo. Creía imposible y lo sigo creyendo, de esa manera me excuso que no tengo esa psicopatología como dices tú, porque siempre he creído la realidad que hay y en ningún momento ha habido alguna ilusión de por medio, te lo dije, una y mil veces, lo vuelvo a repetir. “Se en lo que estoy metido y aún así sigo asumiendo la realidad, no te odio a ti, me odio mi por quererte a ti”.
No sé si veas todo esto, en realidad, me da lo mismo, mañana me voy de viajes y no se realmente si vuelva a saber de ti en un tiempo, pero… pero no sabes cómo muero por un mensaje.
Hoy fue de esos días en los que cuando despierto quiero que las cosas se vayan dando para mejor, que sin forzarlas, cada paso que das es porque nace y no porque tú lo impulsaste y creyendo tener el control de todo. Todo es para mejor y como una canción dice “el que dijo al mal tiempo buena cara…” le hice caso a mi parte de instinto. Hoy desperté pidiéndole a Dios que me deseara lo mejor, que fuese un gran día y que al final estuviese agradecido completamente, pero las cosas no terminaron como quería. Quizás terminaron como Dios realmente quería y debería haberle hecho caso a lo que seguía de la canción. “El que dijo al mal tiempo buena cara… tenia escondido en sus manos un paraguas”
He logrado darme cuenta de que una parte de mi se muere por ser un vampiro, creo que lo descubrir hace muchos tiempo atrás, cuando tenía una cierta fascinación por morder un cuello y hombros en donde podía satisfacer mi necesidad y a su vez creer que podía tener el control de la persona que estuviese frente a mí en ese instante.
Poder creer que puedo vivir eternamente sería maravilloso y salir por las noches a deambular como muchas veces lo hago a solas junto a un cigarro es una realidad, pero esa afición que nace en cada uno por algo que queremos ser se debe a las circunstancias que te demuestra los simples detalles que vas viviendo en donde vas rescatando cada parte de uno, al final juntándolos todos y llegando a una conclusión, de la misma forma que lo hice yo.
Todo esto no creo que sea por mucha lectura de Meyer, ni menos por esa mala película de Hardwicke. Pero si hay algo (o alguien mejor dicho) que capto mi atención y fascinación por sentirme identificado fue Stephen Moyer en el papel de Bill Compton en la serie True Blood. Muchos detalles en su forma de ser son los que realmente me gustaría adquirir de una u otra forma, aparte por el mismo hecho de que sea un vampiro.
Y coincidentemente otra parte de mi se muere por ser lo que realmente quieres. Sera que deseo encarnarme en alguien de ficticio que te llama la atención a ti, para que realmente me tomes en cuenta o que de la misma manera pueda impresionarte?